2018. Diálogos con Gaya. Museo Ramón Gaya

En 2018 Jean Carlos Puerto es invitado al ciclo “Diálogos con Gaya” organizado por el Museo Ramón Gaya de Murcia. En este ciclo el artista invitado busca “dialogar” artísticamente con alguna obra del gran Ramón Gaya. Es sin duda un evento importante en su recorrido artístico.

Puerto eligió una obra atípica dentro de lo que es la colección del Museo, centrándose en una escena intimista. Puerto quiere adentrarse en el mundo interior de Gaya, conocer esa parte menos visible y para eso presenta una escena inspirada en esa obra. El artista así compone una imagen que se sale de lo habitual para él, una escena nocturna en la que la única luz la aporta una lámpara de noche, al igual que sucede en la obra de Gaya.

Jean Carlos Puerto, formó parte de este ciclo junto a otros artistas.

El artista, Jean Carlos Puerto, se refiere así al proceso creativo durante la mesa redonda “Diálogos con Gaya” realizada en la inauguración de la exposición:

“Para enfrentarme a ella quise hacer cómo cuando se hace en terapia y recibes a un cliente, sin saber nada previamente, empiezas a preguntarte y a preguntar qué es lo que le pasa o le pasaba a Gaya en ese momento.

No pude  evitar  llenarme de sentimientos de soledad y de mucha intimidad. Así que decidí que haría una interpretación de lo que yo pensaba que Gaya sentía, cómo algunas veces hacemos los psicólogos con los clientes. De alguna manera esta obra es cómo un espejo al sentimiento de Gaya, un análisis de lo que él vivía y lo tenía que hacer desde mi mundo, desde mi yo más cercano.

Esto no significa que realmente Gaya sintiera eso, eso no lo podremos saber, sin embargo es mi punto de vista del momento en que él estaba cuando pintó esta obra.  Y quise jugar con los mismos elementos, mi habitación, una lámpara, la oscuridad,…sólo me añadí a mi mismo cómo modelo. No es un autorretrato es una interpretación, una escenificación. Quería que fuera como un espejo. (Por eso están puestos de modo enfrentados en la sala) Para poder hacer esto también tenía que ser fiel a mi mismo.

Al poco tiempo de empezar mi obra me llamó Isabela para decirme que habían encontrado un poema referido a la Lámpara y ya me pareció algo casi mágico. OS lo leo:

                                                                 A LA LAMPARA
  
  
                                                Aquí sobre mis hombros ateridos,
                                                cerca y lejos igual que las estrellas,
                                                aquí junto a un pasado sólo huellas,
                                                junto al lecho en que sueñan reunidos
  
                                                el vivir y el morir, sobre los nidos
                                                del recuerdo, aquí estás como unas bellas
                                                y leves manos tibias con que sellas
                                                los párpados cansados y dolidos,
  
                                                aquí estás como un ser, como una cosa
                                                que tuviera ya un alma casi mía
                                                amarilla también y también mustia,
  
                                                aquí sobre mi frente silenciosa,
                                                aquí como una vaga compañía
                                                llegando con tu luz hasta mi angustia
  
   

Porque al leerlo se confirmaba que lo que yo había interpretado podía acercarse al punto de vista de lo que Gaya sentía.

Ha sido una obra especial para mi en varios sentidos:

  1. Porque me he acercado a Gaya cómo nunca lo había hecho
  2. Por el reto que suponía pintar un cuerpo reflejado con luz artificial. Normalmente cuando pinto desnudos lo hago con estos iluminados con luz del sol o luz natural
  3. Porque quería hacerlo de forma pausada y tranquila, midiendo cada pincelada y trabajándolo con mimo, incluso con veladuras.”